jueves, 28 de enero de 2016

Retomando mi espacio

Hoy ha sido un día de mucho trabajo, como es habitual a jornadas un tanto extenuantes, y ya queda menos para el "merecido descanso estival".

Iré comentando cosas cotidianas, algunas agradables, otras no tanto.

Desde intromisiones que perturban, hasta simpatías del día a día, que entusiasman y motivan.



Hoy son mis MANDALAS

Que se inició intuitivamente el año pasado, cuando estuve con licencia y leí que es útil para concentrarse y meditar, me llamó la atención y partí con ellas, primero con 6 colores, luego con 12 y ahora ya voy en 24. 

Es un tanto obsesivo el asunto (más bien yo soy la obsesiva), pero me gusta, me relaja y me permite desconectarme mientras descansa mi cabeza la mayoría de las veces, o bien mientras estoy estudiando o corrigiendo pruebas o haciendo un informe, la dualidad de seleccionar colores mientras escucho alguna melodía o bien, sólo el ir y venir de mis vecinas, las gaviotas, es infinitamente agradable.

Esta es una de las primeras está a un costado de mi cama.
Como indiqué usaba los colores a medida que fluía el relleno de espacios, tal y como sucede con la mezcla de los mismos.

He leído un poco más, pero no tanto tampoco para que no pierda la gracia - según mi perspectiva de persona común y silvestre. Entiendo que algunos colores reflejan emociones, sensaciones, etc. Y eso se plasma en la mandala que esté haciendo.

De igual forma cuando las regalo, se hacen pensando o acordándose para quien son y nuevamente los colores fluyen.

La mayoría son para mi, mi relajo y mi meditación en movimiento, tengo una carpeta donde ordenadamente las pongo en fundas, algunas las he pegado y otras están guardada, he incluso algunas acompañan mi día a día en la oficina de la universidad.


Están ubicadas en la puerta de mi closet, me agradan, aunque antes las tenía al frente.
Ya forman parte de mi reducido espacio.

Esta es de la semana pasada, un tanto primaveral.


Esta me gusta mucho, me tomó mucho tiempo, tiene mucho lila y rosado, estaba un tanto triste, ya no recuerdo porque razón... en fin. 


Esta es como sicodélica, tiene mucho amarillo, se supone que al ser mi color favorito de toda la life, me representa.

 Esta parece un Vitrau, por las formas como "crespitas", tiene mucho rojo, estaba con mucha energía en ese instante.

Es como cojín, también la llené de amarillo.

Mi idea es plastificarla y hacer un posavasos, me gusta muy ordenada.

Esta me agrada, me la pondré en una polera, tiene mucho colorido y fue cuando usé los 24 colores, un relajo inmenso.

 Esta es al inicio de año, mariposas por todas partes, pero juntas, verde y naranjo predominan, colores energéticos y de coraje, según mi lectura de colores - sería mi aporte, pues no he profundizado mayormente.

Esta no me gusta, la puse acá... ya que ese día había llorado mucho - suelo no hacerlo con regularidad, y es importante tener las diferentes aristas de la vida, de dulce y de no tan dulce.

Ya llevo más de 40 o más mandalas, algunas las he regalado y otras están en mi carpeta para la posterioridad - I guess!.

Me ayuda y calma mi agitada humanidad, me gustan los colores y en parte es como el inicio de retomar la pintura que tuve dormida por casi una década, vale la pena retomar hobbies y actividades lúdicas, que hacen bien para el espíritu, que con el trajín diario, por lo general lo olvido, y me quedo en el hacer y hacer... de momento equilibro tiempos, dedicaciones y prioridades.

Y es extraño que me concentre en mi humanidad, pero es justo y necesario, como reza la oración católica eterna.

Bien por mis mandalas, un acierto del 2015, que acompañará por un buen tiempo.

Simplemente respiro...