jueves, 10 de agosto de 2017

Así pasan los días

Y si, los días pasan algunos con más sobresaltos que otros, algunos de esos "borrables" y otros más agradables.

Día de lluvia por estos lares, no me entusiasman en extremo los días grises y poco luminosos, pero es lo que nos toca por el periodo invernal y ante eso, solo aceptar y tomárselo con el mejor humor posible.

Hay instantes de reflexión en los que me gustaría recibir genuinamente un abrazo de esos apretadísimos, que no son de amistad, sino de afectos, de un partner.

Luego se me pasa, considero que es normal de vez en cuando o de cuando en vez requerir alguna muestra de cariño, aunque mínima, necesaria.

Pienso que en días de lluvia se hace o se genera ese requerimiento afectivo, con el correr de las horas, lo olvido. Lógicamente evidencia que no era indispensable ni urgente, ni nada por el estilo.

Es simplemente parte del proceso de vejez, de soledad, de morbidez y de autonomía permanente.

No va a faltar EL o LA que empiece con sus consejos a diestra y siniestra de cómo debo vivir mi vida, y que he de incorporar a un personaje X a toda costa, para que no muera en solitario y no me seque en el camino.








De momento sigo en mis quehaceres, lo que me gusta y que me hace sentir útil.

Y de paso aprovecho de desparasitarme de personas egoístas, tóxicas, que ya no son parte de mis amistades, el círculo se reduce, para mejor siempre. Y se va achicando más con el tiempo, tal y como me indicaba mi abuela cuando niña.


De mayo me parece que no escribía por acá... entre el sinfín de cosas, dejé en pausa este canal de expresión. Y hay días que dan ganas de dejar que las manos se deslicen por el teclado y hagan lo suyo.

Los días pasan y fluyen más lentamente o a la inversa, depende de mil bemoles, de forzantes y de mis propios pensamientos, reflexiones... algunos muy positivos y otros más oscuros, pero de matices se vive.

El tener esos instantes en los que me gustaría recibir afectos, no me agrada, me complica y me angustia por nanosegundos, luego inspiro y exhalo... y continuo, sin pensar mayormente, comprendo que cada vez serán menos recurrentes.

Pues como indicaba "mas arriba" en esta entrada, la madurez es parte de este proceso de crecimiento interior, de autoacompañamiento y de aceptación, no de resignación, sino de aceptación para sentirme completa y satisfecha con toda mi gran y veterana humanidad.

En este ir y venir, se pasan los días, las reflexiones abundan a ratos, aturden otros tantos, perturban, los mínimos, inspiro y exhalo nuevamente, sigo caminando. Cada quien se forja el entorno, por ende mi proceso de aprendizaje mejora, se robustece, y hago solo lo que me nace, con ganas y entusiasmo. Y no solo por cortesía o por cumplir.

A ratos analizo, evalúo y continúo, pues de momentos se va construyendo la vida, las adaptaciones y los aspectos que nos obligan a estar mas fuertes y corajudos.

Los días pasan y pasan, se aprende, se mejora, se entiende el entorno de forma libre y sincera. Claridad ante todo, hay quienes se acercan por un sinfín de motivos, netamente carnalidades, intelectuales, espirituales u otros, tomo, comprendo lo que requieren, si está a mi alcance aporto y vivo, sino indico inmediatamente que no puedo.

Así pasan los días...




lunes, 29 de mayo de 2017

Muy cansada

Llega un instante en que colapso y me aíslo totalmente.

Pues qué pasaría si:

  • Dejo yo de invitar a la gente
  • Dejo yo de convocar y aunar
  • Dejo yo de preocuparme de los demás


Simplemente no pasaría nada si dejo de hacer lo anterior, pues gran parte de las personas son oportunistas, interesadas y ávidas de que uno les ayude, ilumine o que se yo.
O bien no desean gastar ni un peso, pero si salir e ir a la bolsa siempre. Obviamente no puedo generalizar, pero ya se ha convertido en costumbre.

Gran parte de eso es mi culpa, pues siempre invito y aglutino, pero de un tiempo a esta parte ya me apesté, me cansé, pues no me aporta nada de nada, solo un desperdicio de energía y recursos.
Y ya me ha pasado que he estado escuálida y ni un dedo me han tendido, siendo que al revés me angustio ayudando.

Se aprende siempre y no de la mejor forma.

Días agotadores y cansadores, de llanto infinito y constante.

Vuelvo a mi fortaleza interior a replegarme con más ahínco, sin pedir auxilio, ni nada por el estilo, sin quejas, ni nada... pues nadie está en los zapatos del otro y la empatía se va al tacho, la mayoría de las veces.

Por lo tanto, me sentaré a observar el panorama si yo no contacto a nadie más, si yo no invito a nadie más, si yo no insisto en mantener vínculos de amistad.

Cansa mover el engranaje, he perdido mucha energía en ayudar urbi et orbi, no estoy bien y debo volver a acorazarme, volver a ser un roble, eliminar vulnerabilidades.

Suficiente tengo con mi ambiente de trabajo para agregar más forzantes a mi humanidad, no vale la pena.

Sino vivo para mi, ¿quién más?, pues nadie más... no tengo plan B, el ser una persona sola obliga a estar en alerta y al autocuidado.

Mi salud está primero y por lo tanto he de focalizar todas mis energías en mi humanidad.

Trabajo con ganas y entusiasmo, pero definitivamente el estar en modo pulpo ayudando me pasó la cuenta.

¿Qué sucede si dejo mi rol de pilar para todos?. ¿Notarán que existo igual?.

Lo más probable, especulo, es que cuándo vean que no estoy dando las manos solidarias, se molesten, ofusquen y endosen responsabilidades, como siempre lo han echo.

Y definitivamente ya es más que suficiente.

No va más

lunes, 26 de diciembre de 2016

Desapego e invisibilidad


El otro día sacaba la cuenta de los años y años que llevo en solitario, me llamó la atención. 
Sin ningún tipo de angustia o aprensión, son tiempos de vida no más.

Siempre con actitud de desapego y gratitud en el día a día, en lo cotidiano, en mi trabajo o estudios, en quehaceres mundanos.

Como digo siempre lo que no se entrena se atrofia y quizás mis afectos estén atrofiados o más aun ya no estén, por eso perdí el interés en ir a citas diversas o conocer gente o que me presenten personajes, nunca tuve encantos especiales - de captura de individuos y en mi ancianidad no se van a desarrollar, ahí quedaron congelados. 
Es interesante como al ser animal de costumbre se vive en paz y sin complicaciones. El flirteo se pierde o el entusiasmo de explicar quién soy o qué hago desde cero, me parece innecesario, como con un para qué sin atisbo de eh eh eh, bien pues!

Entiendo quienes se obsesionan por esta condición y viven preguntando si me siento sola o si estoy triste o si nunca me volveré a enamorar o si me complica nunca haber formado familia o no darle un nieto a mi progenitora.

Y mi respuesta es la de siempre, estoy bien y contenta con lo que soy y hago.

Y también estoy consciente que ya no formé familia, ya fue no más. 
Son etapas que se viven o se desean o se presentan y ya pasó el tiempo de eso. Un aspecto biológico que avanza de forma inexorable...

Tampoco siento que me dejó el tren, si nunca hubo tren o como se llame.


Pertenezco si es por encasillar a la gente, como lo hacen en mi país... Chile, donde tienen a estigmatizar o etiquetar...

Retomo pertenezco a las personas invisibles, más bien a un sector de la población que no estamos contabilizados o que no llamamos la atención o que nadie se interesa en nosotros.

El otro día conversaba de esto con dos personas de distintas latitudes, finalmente se asume sin cuestionamientos, con gratitud, con entereza y sabiduría. 

El dónde estoy y si estoy contenta con mi vida y mi humanidad, si lo estoy, que es lo relevante.

Doy gracias al Universo por lo bueno y lo amargoso, todo ayuda al día a día, el desapego de eso, aquello o lo que sea es útil y saludable.

Excelente 2017 para todos!