Con el pasar de los años me acostumbro a mil cosas, que en su momento pasaban y pasaban, sin perturbarme y ahora con la adultez o como se llame, entran en decantación y reposo permanente.
Ya dejó de abrumarme la soledad y la ausencia de afectos - de pareja, pues las amistades siempre están presente.
Es extraño, pues ante la majadera e insistente pregunta: ¿por qué estás solita?, simplemente sonrío, ya no gasto energía en responder.
Pues en su momento fue agotador, explicar lo inexplicable, se supone que cada uno recibe lo que merece o lo que decreta o que sé yo.
Soy un animal de costumbre, de adaptación y flexibilidad a los instantes que la vida envía y sólo fluye.
Simplemente vivo en paz, trabajo en lo que me gusta, con agrado y dedicación infinita. Mis amigos - los de siempre - están, charlamos y compartimos, con eso basta y sobra. Y son a quienes he elegido, apoyan, y entienden... mis silencios y mi carencias, que no pida ayuda, entre otras cosas, como yo que los respeto siempre, es parte del principio básico - no hacer a los otros, lo que yo no deseo recibir.
De momento mis entregables son: alegría, humor y paciencia ante todo.
Soy una persona que agradece cada situación, se aprende a sacar lecciones de todo, todo es parte del entrenamiento y de la madurez.
Simplemente respiro en calma y serenidad.
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